Turismo y Apicultura unidos de la mano en La Siberia Extremeña

Antes, el sueño húmedo era un viaje a islas paradisíacas, a la Europa monumental o a las ciudades que nunca duermen. Ahora lo es, simple y llanamente, una cervecita en un merendero, tras un paseo por la orilla de un río o de un pantano. En realidad, el destino no importa tanto, como la actitud de la persona que decide hacer la maleta o la mochila, para vivir unos días, lejos de la rutina. Son los pequeños matices, los que definen una actitud u otra, en diferentes momentos, en distintos sitios. Porque turista y viajero, en realidad, son la misma persona. Puedes hacerte un selfie espectacular y esclarecedor para tu instagram en la cumbre del Escorial rodeado de naturaleza virgen en Puertopeña o componer tu mejor canción sentado en el césped de los jardines en Central Park. Puedes sentir la paz soñadora en las playas de agua dulce en Peloche o disfrutar del Sol entre las ruinas de Stonehenge. En todas las situaciones serás tú, y en cualquiera de ellas vivirás a fl