Cuando el Invierno es un Placer y los Santos ya no son Inocentes



En la carretera de Alburquerque – Aliseda se encuentra la Dehesa de los Zajarrones. El lugar elegido para situar el cortijo donde se desarrolla la historia que Miguel Delibes narra en su obra Los Santos Inocentes, magistralmente llevada a la pantalla de cine por Mario Camus.

Dehesas alfombradas de tomillo y cantueso, con enormes encinas a modo de atalayas. Es sobre una de ellas, donde quedó simbolizado para los restos, y a palo seco, el fin de la inocencia de aquellos santos.

El invierno de Extremadura, en Alburquerque, en el Norte, en el Sur y en la Comarca de la Siberia es seco y duro en el campo como refleja la película. Pero ese invierno desprovisto de miseria humana, se convierte en puro placer. Ni siquiera el agricultor o ganadero que se levanta al alba, teme ya al suelo embarrado y a la ropa mojada.

Los miembros de la plataforma “ Milana Bonita” recrearon, a modo de protesta por las penosas condiciones de las infraestructuras del tren Madrid-Badajoz, el atuendo y las vestimentas de aquella época, irrumpiendo en el tren en una de sus calamitosas rutas. Nosotros proponemos algo parecido, pero sin ninguna connotación, para vivir lo realmente valioso de aquel tiempo, que aún perdura casi intacto, como son sus escenarios.

Desde ahora hasta la primavera es el momento de sentir la magia del frío extremeño en plena naturaleza, bajo rústicos con chimeneas humeantes, rodeados de dehesas, encinas, olivos, montañas y ríos. Y para comer no es necesario meterse en el papel de Paco el Bajo. Gastronomía local con atuendos de dignidad, servida al antojo y en abundancia. Ese es el gran legado que nos dejó la Milana Bonita.


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