Candelilla
Cuando tomo algún dulce típico de la zona,
o alguna comida contundente que me saca del círculo vicioso y autodestructivo
de la bollería industrial y de los precocinados, como unos buenos cortaos, unas migas con sus engaños, o un pisto manchego, que
mi estómago reconoce con un gesto de asombro y deseo, me acuerdo del “ hombre que no tenía camisa”.
A la noche se preguntaba: “ He
trabajado, comido y bebido, que más puedo pedir?”. “Soy el hombre más feliz del
mundo”. La felicidad es personal e instransferible. Eso lo debía saber el Rey
que pidió su camisa.
Es felicidad lo que uno siente
cuando toma un trozo de candelilla hecha en el horno de la Vicenta, por
mencionar uno de los muchos sitios donde se fabrican dulces de forma artesanal
en esta comarca, y uno de los muchos dulces, que se
pueden encontrar. Pero en honor a la
verdad, la candelilla con el equilibrio justo entre cantidad de miel y dureza,
solo la encuentro en ese sitio.
Natural, artesanal, y un poco o
mucho de arte. No tiene nada que ver con lo que consumimos habitualmente en las
grandes superficies, rincones del Gourmet aparte. Se mueven en niveles
diferentes. Pero claro, acceder al más alto, requiere un esfuerzo extra. Si quieres
probar algo exclusivo de alguna zona, te tienes que mover. En nuestro Api Store te ponemos en bandeja una de
las mayores delicatessen. Para probar el resto ya sabes..
Desde que se fue de casa de su madre a los madriles, Victoria Abril no ha vuelto a catar un pisto en condiciones ni en sueños.
Comentarios
Publicar un comentario